Querida Adèle
Tienes razón. Hay que amarse y luego hay que decírselo, y luego hay que escribírselo, y luego hay que besarse en los labios, en los ojos, en todas partes.
Las novias de Miguel Marinero son delicadas, elegantes y cuyos vestidos son auténticas obras de arte.
La nueva colección nupcial Querida Adele, está inspirada en la mujer del novelista francés, Victor Hugo.
Desde el taller, hacen uso de una novedosa técnica, bordar a mano porcelanas aplicables a los vestidos de novia dando como resultado diseños que son verdaderas joyas de la arquitectura textil.
La propuesta nupcial de Miguel Marinero rescata técnicas como los plisados o los drapeados en la que el minimalismo y la pureza son dos de los pilares fundamentales.
Los vestidos están confeccionados con un cariño especial sin dejar de lado la tradición y la artesanía, características de la firma.
Para el diseño de los vestidos, los tonos escogidos son los cálidos y tonos tierra. Escogen tejidos base de seda y algodón combinados con linos, seda, gazar o chifón con bordados de cerámica de piezas familiares o la organza. Desde el taller crean vestidos o mejor dicho, piezas únicas cuya belleza es atemporal. Sin adornos ni ostentaciones, eso es una de las cosas que más me gusta de la nueva colección.
Por último, cito textualmente
“Es minimalismo, pero muy sentimental. Y el resultado no es austero, es delicado y singular”.
Una verdadera locura de amor.
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