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Hablamos con Lorenzo Caprile















Al final todo llega y he podido charlar con uno de los hombres más relevantes para la moda española. “Empecé en el mundo de la moda por el dibujo, que es la peor forma de iniciarse. Un dibujo es muy fácil de hacer, pero enséñame un traje que hayas patronado o cortado tu”, afirma el diseñador.











La trayectoria de Lorenzo Caprile comenzó en Nueva York, continuó en Florencia y acabó en Madrid. Se lanzó de lleno al mundo de la moda en los años 80. ”En los años 80, en España está el fenómeno de Cibeles con los cibeleros, pero ya está. La moda internacional en España fueron los años 50, 60 y 70, pero los 80 no.En todo caso Sybilla, que es de esa época”.











No fue hasta 1993 cuando abrió su propio taller en el madrileño barrio de Salamanca. “Todos los días me arrepiento.Si lo llego a saber, no me meto en el trapo ni muerto”, asegura Lorenzo Caprile.




Cuatro años después, con 29 años, firmaba el vestido de novia que llevó la infanta Cristina con Iñaki Urdangarín en 1997. “No me acuerdo porque eso pasó en el año 97. Además, que ese año cualquier experiencia bonita o fea quedó borrada por la muerte de mi abuelo y yo reseteé”, afirma el diseñador.







Y yo, ¿desde cuando sigo a Caprile?. Concretamente, desde el año 2004. Mi madre tenía una revista ¡Hola! encima de la mesa del salón. En la portada salían los recién casados Federico de Dinamarca y su mujer Mary Donaldson. Entonces, se me fue la vista a la esquina derecha del titular en la que aparecía Letizia Ortiz, futura mujer del entonces Príncipe de Asturias.


“ Doña Letizia, espectacular en su presentación ante la realeza europea”, ese era el titular. Y sí, iba impactante con un diseño de Lorenzo Caprile. Fue un debut real en toda regla.Un diseño de corte recto, escote Bardot y dos sencillos broches a ambos lados del pecho. Un diseño que dio la vuelta al mundo y a mí me dejó impactada. La futura reina de España iba elegantísima de rojo Caprile.



El diseño que eligió para la cena previa no se quedó atrás. Un dos piezas españolísimo compuesto por una falda entallada y con corte evasé desde la rodilla con una chaqueta escote barco de raso con fondo gris y flores estampadas en 12 colores e hilo de oro.











Estas dos creaciones las tengo grabadas a fuego



“Fue una anécdota maravillosa y una medalla que te cuelgas. Para mí, desde un punto de vista personal y profesional estuvieron muy bien esos dos o tres días de euforia pero luego vuelves a la vida de todos los días”, relata.


Y, al igual que los diseños de la entonces futura Princesa de Asturias, del taller de Lorenzo Caprile han salido algunos de los vestidos de novia más icónicos de este país. Para mí, dos han sido muy especiales.



Uno de ellos, fue el vestido de novia de Alicia. Lo ví en la revista Telva Novias cuando ya tenía pensado empezar con el blog, fue la primera boda que publiqué. Un vestido recto, elegante en crêpe de seda natural, con hombreras y encaje goyesco en la espalda. Por otro lado, el primer vestido que llevó Maria Johansson en su boda me impactó por su elegancia sobria. De crêpe de seda muy fino y strech, con un maxi lazo en el mismo tono en organza de seda.





El encaje goyesco de Alicia















El vestido de novia de María















Ambas novias fueron protagonistas de bodas pre- COVID 19, pero el diseñador asegura que las novias que acuden en su taller para casarse en tiempos de pandemia se encuentran más sensibles ante el proceso de creación de su vestido.



Lorenzo Caprile afirma que en crear un vestido de novia tarda alrededor de dos semanas y cuya fuente de inspiración son las novias que visitan su taller. “ Intento que en ese ratito que viene a vernos por primera vez, adivinar su estilo, su personalidad, su ilusión, leer un poco entre líneas”, asegura Lorenzo Caprile.











El diseñador es uno de los referentes de la moda española, férreo defensor del estilo clásico y protagonista invisible de algunas de las bodas de renombre como la del primogénito del Duque de Alba y es que, fue el encargado de vestir a la madrina, Matilde Solís.





“Una madrina tiene que ir guapa, segura y luego, si quiere llevar mantilla o no. Tienen un modelo perfecto en Naty Abascal cuando casó a su hijo Rafael Medina, una madrina impecable. Yo si fuera madrina me pondría mantilla, es una tradición españolísima que hay que defender”, concluye Lorenzo Caprile.




Aquí, Matilde Solís


















- Las fotografías son de Azahara Fernández,Plataforma, Dos más en la mesa, Vanitatis y ¡Hola!



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El Sí de Marieta

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