top of page

Los dos vestidos de Meghan Markle

Un encuentro planificado en 2016, así lo contó la pareja en 2017 para una entrevista en la BBC donde anunciaban su compromiso. Ese encuentro fue suficiente para que la pareja se enamorara y dos citas más tarde se fueran a acampar a Botswana. Como si de Memorias de África se tratara, solo que aquí los protagonistas son el sexto en la línea de sucesión al trono británico, el príncipe Harry de Inglaterra y la actriz Meghan Markle.


Y es que los tiempos han cambiado y tanto. Los príncipes de las casas reales europeas ya no buscan la historia de príncipe conoce a princesa, ni la boda de cuento y la de Meghan Harry “ no lo fue”. Aquel 19 de mayo de 2018 ambos se dieron el sí quiero en la Capilla de San Jorge situada en el Castillo de Windsor, Meghan apareció sola, subió las escaleras de la capilla sola y el primer trayecto hasta el altar lo hizo sola hasta el quire que lo realizo del brazo del príncipe Carlos. Algo insólito. Todo un acto de poder y empoderamiento femenino.


Meghan apareció con un vestido en color blanco, cuerpo ceñido, escote barco, la falda en silueta A modificada, elaborado en cadi de seda, un tejido que aporta cuerpo y rigidez. Esta obra fue de la primera directora artística de Givenchy, Claire Waigth Keller. Una elección muy adecuada ya que los diseños de Givenchy abogan por la sofisticación y la feminidad. Así iba Meghan, sofisticada y femenina. Contó también con Givenchy para la elección de los zapatos y la ya Duquesa de Sussex lució stilettos de seda satinada en color blanco obviamente. Muy elegantes la verdad. Para la inspiración de su vestido, Meghan se quiso inspirar en el slip dress que llevó Carolyn Bessette en su boda pero sabemos que la Casa Real Británica es muy férrea en las tradiciones y no iba a pasar por el aro para que Meghan eligiese la inspiración lencera del vestido de Carolyn.



Aún así Meghan desafió un poco y no incluyó ni el encaje de Honiton ni los detalles de flores de azahar en su vestido. Dos detalles indispensables en los enlaces de la realeza británica.


Si incluyó, los detalles florales en el velo,una guía botánica en la que cada flor era una de cada país que integraba la Commonwealth, junto con dos más que añadió ella. Cinco metros de largo, elaborado en tul de seda, absoluto protagonista del look. Un velo lleno de simbología porque en la parte delantera se apreciaban dos espigas de trigo símbolo de caridad y amor.






Para completar el look nupcial Meghan por lucir la tiara que perteneció a la reina Mary en platino y diamantes, unos pendientes de diamantes de la colección alta joyería de Cartier y el anillo de compromiso que diseñó el propio Príncipe Harry. No llevó el tradicional zafiro que hacía referencia a algo azul.

El look me gusta en su totalidad, pero lo que realmente me gustó fue la elección del buqué. Un ramo obra de Philippa Craddock en el que se aprecian jazmín, astilbe o astrantia entre otros, pero destacaban las nomeolvides, recogidas por el propio príncipe Harry del jardín del Palacio de Kensington y ¿por qué las nomeolvides? El motivo es que eran las preferidas de Lady Di y bueno, quizás era una manera de que la princesa de Gales estuviera presente en el enlace. Si que Meghan incluyó, según la tradición, ramitas de mirto de plantas que plantó la propia reina Victoria.



Pero si pensáis que el efecto Meghan acaba en su primer vestido de novia, estáis equivocadas porque el empoderamiento de Meghan continuó aquel 19 de mayo con la elección de su segundo vestido de novia. Un vestido que cuando lo vi me impactó por su elegancia, una elegancia sexy. Meghan eligió a Stella McCartney para confeccionar un diseño sencillo en crepe de seda, cuello halter y espalda al aire. Un diseño que ante el deseo de muchas novias por hacerse con él se incluyó en la colección Made With Love.




A pesar de que llego un poco tarde jeje y Meghan ha revolucionado todo el panorama Royal británico, he querido rescatar estos dos looks para mis bodas con historia y es que cada detalle que eligió estaba lleno de significado y con un mensaje potente a favor del empoderamiento, la feminidad y la sofisticación. Y creo que ya en su boda, ella misma comenzó el efecto Meghan.

Comments


El Sí de Marieta

bottom of page